La TV tiene grandes detractores y grandes defensores, a partes casi iguales. Obviamente, se diga lo que se diga, la TV funciona y sigue dando dinero a mucha gente.
Últimamente no la sigo mucho, estoy más centrada en escuchar música, en leer o en ver películas. Pero reconozco que en ocasiones me ha servido para informarme o para entretenerme, que es de lo que se trata.
Repasando mentalmente momentos televisivos que me hayan llegado profundamente, rescataría, por lo que significaron en su momento y la huella que dejaron en mí, estos pocos:
- Como programas, La Bola de Cristal (sencillamente irrepetible) y el Un, dos, tres.
- La aparición de la telenovela en nuestro país. Los Ricos También Lloran fue seguida por hombres y mujeres, por igual. Precedida por el serial americano Falcon Crest.
- Como noticia destacaría el seguimiento que se hizo a la caída del muro de Berlín en el 89, y la cobertura de la guerra de Irak, actualmente.
- El secuestro de Melody. Yo tenía 9 años y, por primera vez, le daba valor a la palabra "empatía".
- En los desastres naturales recuerdo con mayor crudeza las inundaciones de Biescas. Me impactaron duramente esas imágenes. Y, en nuestros días, el 11-S y 11-M.
- De los personajes que consiguen sacarme una sonora carcajada, me viene ahora a la memoria la señora Mª Elena Dávalos, nombre que saltó a los medios de comunicación tras un escándalo -qué raro- en los procedimientos seguidos en el certamen de Miss España. Y más recientemente, mi ídolo catódico por excelencia es Jaime Giménez Arbe "El Solitario" (siendo adoración por esas imágenes de él saliendo del Juzgado de Portugal y diciendo: ¡Hola a todos! ¡Soy el solitario!).
- En el apartado de prófugos de la ley con mucha cara dura tenemos a El Dioni, en mi infancia, y a Luis Roldán y Rodríguez Menéndez más actualmente.
Y ésto sólo a bote pronto!! Si es que la TV da para mucho ...
Martha Wainwright – TV Show
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