MIRONES ...

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21/10/08

El Tiempo Pasa (Los Secretos)

Tengo el cabello negro, muy negro, y recuerdo tener 3 canas en el mismo desde pequeña. A mí siempre me ha llenado de orgullo tener esas canas, no sé porqué. Pero no se ven todos los días; casi a diario consiguen esconderse entre la cabellera.

Esas canas, al estar conmigo desde mi infancia, no es algo que asocie a la edad, al paso del tiempo, ni a estar haciéndome mayor.
Pero ahora, que ya tengo 30 años, hay ciertos matices que no me terminan de agradar. Para nada. Y es que hoy me he encontrado una ceja-cana!! (Ni que decir tiene que no he salido a la calle sin haber conseguido que se marchara de mi vida).

Qué barbaridad! No conozco ningún caso igual; estoy preocupada. Estas cosas, a esta edad, son muy delicadas.

Los Secretos – El Tiempo Pasa

20/10/08

Crisis (Cristina Pato)

Yo no estaba acusando la crisis; a mí no me afectaba … hasta el pasado sábado. Sábado en que me enteré de que mi padre no podía dormir.

Mi padre: Señor donde los haya. Nacido en el 45, en el seno de una familia humilde. Que ha trabajado toda su vida para mantener (él solo) a su mujer y a sus 6 hijos, para comprar una casa, para darnos estudios y una formación, para vestirnos, para pagarnos todas las excursiones y viajes que organizábamos con nuestros amigos, para poder darnos una paga, para comprarnos todos los libros que nos leían cuando éramos pequeños y que luego pudimos leer nosotros, para que el 24 de diciembre siempre hubiese un árbol de navidad rodeado de cientos de regalos, para que siempre pudiésemos acudir a los mejores especialistas médicos, para que todos los santos y cumpleaños tuviésemos la mejor fiesta con regalos, para … Que actualmente no puede trabajar debido a una embolia sufrida hace 17 años, que le ha dejado graves secuelas tras tener, como consecuencia a la embolia, varias crisis posteriores. Que a raíz de ello debe tomar unas 20 pastillas diarias. Que a fecha de hoy, y tras todo esto, recibe una mísera pensión por incapacidad (para subsistir él y mi madre) porque no le es reconocida su invalidez por esta justicia que, supuestamente, tenemos. Que actualmente vive de alquiler mientras le construyen la casa de sus sueños frente a la playa.

Que llevaba casi una semana en vela, sin pegar ojo. Él, que después de lo que ha pasado, ha tenido que ir al médico a que le receten pastillas para poder conciliar el sueño. Porque ahora no sabe si podrá pagar su casa. Todo a causa de la crisis.

Ahora sí me afecta. Ahora han metido el dedo donde más duele.

Cristina Pato (F) – Crisis

9/10/08

Bienvenidos (Miguel Ríos)

RISA
COMPARTIR
FLORES
SEVILLA
SUEÑOS
AMISTAD
PENSAR
TUCÁN
CARNAVAL
SINCERIDAD
MIS PADRES
H2SO4
LEALTAD
AMOR
REGALAR
PASIÓN
INCOMPRENSIÓN
CARÁCTER
LIBROS
OBSERVAR
QUERENCIA
MÚSICA
SENSIBILIDAD
ARISCA
PLAYA
DORMIR
PECES
MIS HERMANOS
CÁDIZ
NAVIDAD
MIEDO
TREN
DEBATIR
LLUVIA
FRÍO
JUGAR
CINE
MIRAR/SER MIRADA
MIS SOBRINOS
FOTOGRAFÍA
COMER
AGUA
CIENCIAS
TRUEQUE
LÁGRIMAS
TABLA PERIÓDICA
ATARDECER
NATURALEZA

CEMENTERIO
……………
Bienvenidos a mi interior.

Miguel Rios – Bienvenidos

6/10/08

Resérvame El Mejor Abrazo (Alis)

Me ha venido a la mente una de las primeras frases en inglés que aprendí en EGB y que tan útil me sería para la vida diaria. De hecho, en cuanto llegué a casa se la enseñé a mi madre porque estaba convencida de que con ella la utilizaría bastante a menudo. “I have a cold”. Y no me equivocaba. Innumerables veces tuve que usarla con ella, mientras le ponía mi mejor versión de la misma cara que pone el gato que sale en Shrek cuando quiere que le tengan lástima. Tan frecuente era que para no parecer un disco rallado la empecé a alternar con esta otra “I’m ill”; la cara seguía siendo la misma.

Un resfriado es de las cosas que peor llevo. Y ahora tengo uno; uno con mayúsculas. Así que estoy indefensa, nunca mejor dicho.

A pesar de ser un simple resfriado tiene unas consecuencias inevitables en mi psiquis que no soporto. Pues es cuando más vulnerable me encuentro y cuando dejo que más se acerquen a mí. Si me besan o abrazan no me quejo, es más, me dejo hacer. Y claro, con lo arisca que soy siempre mi familia y amigos tienden a aproximarse en estos días y a reservarme su mejor abrazo. Por otra parte, me encuentro como si fueran los últimos días del mundo y estoy súper sensible (sí, aún más …). Y la toma diaria de medicamentos es todo un suplicio para mí, a pesar de que sé que mejoraré antes.

Tengo los ojos vidriosos todo el tiempo, el cuerpo me arde constantemente, he perdido el sentido del gusto, y solo quiero estar acurrucada en mi cama.

En fin, que estoy echa una pena.

Ay! Qué enferma más mala soy y qué poquito me quejo!

Alis – Reservame el mejor abrazo

2/10/08

Cuéntame Un Cuento (Celtas Cortos)

Hubo una vez una pelirroja (mu’ alta ella) a la que, como dice una canción, “sin saber como ha venido te ha cogido la tormenta”. ¡¡¡Y qué tormenta!!! Una tormenta que ha durado años y, que aún hoy, va dejando algún que otro resquicio.

Pues resulta que estando ella en una de esas edades tan fantásticas que tenemos las chicas (qué lejos quedó, por dios) en la que somos capaces de comernos el mundo, y sin ser siquiera capaz de imaginar lo que aquello acarrearía, entró en una cueva*. Cueva que por cierto distaba mucho de parecerse a las típicas cuevas de otros cuentos; pues ésta, y por contra, lejos de estar completamente a oscuras tenía una tenue luz parecida a la de un atardecer*. Y cueva que no estaba vacía, sino en la que más bien había overbooking.

Como la pelirroja es mu’ hacendosa y vio que había tarea, se puso a trabajar. Pero, lista ella, rápido se dio cuenta de que en la cueva sólo había dos personas más, el resto que allí moraba eran alimañas*. Aún así decidió seguir en la cueva y tratar amablemente a las alimañas. Pero como éstas son justo eso: alimañas, pues no podía acabar la cosa muy bien, la verdad. Y mira que la pelirroja que nos ocupa y sus amigas-personas se lo curraron …

Pues eso, que al final había tanta mierda en la cueva que no se podía limpiar y decidieron marcharse, cada cual a su ritmo, de la cueva y dejar allí a las alimañas (a ver si era posible y se comían unas a otras, hombre).

La pelirroja, durante su estancia en la cueva, conoció a otra-persona-de-sexo-contrario-y-yuxtapuesto-a-otra* que habitaba una cueva cercana en la que había más alimañas. Y claro, para liar aún más el cuento, resulta que Cupido (o un primo hermano con mucha guasa) hizo de las suyas.

Una vez todas las personas fuera y lejos de las cuevas seguía la pelirroja siendo perseguida por las alimañas que, por cierto, algunas pueden ser llamadas también sin vergüenza y/o payaso.

Al final no hubo más remedio que hacer un consejo* para intentar pasar página y cambiar de cuento a ser posible, que éste se había quedado algo atascado. Consejo que estuvo amañado desde el principio y se sabía de antemano la resolución que pondría fin a tan dañino litigio (vamos, pa’ escupir a los del consejo).

Moraleja.- Pues la pelirroja pasó a mejor vida … Cambió las cuevas por un nido (de amor) en la urbe, y pasó de trabajar en las cuevas a estar-pegada-a-un-conocido-teléfono-rojizo* mientras espera poder vivir de trabajarse-a-personas-algo-alicaídas*. Y mientras siga siendo capaz de reírse de la vida no conseguirán hacerle daño ni tropecientas alimañas juntas.

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* A pesar de ser un cuento, y de que cualquier puto parecido con la realidad es sólo eso: un puto parecido, algunos nombres han sido cambiado … es lo que hay.

Celtas Cortos – Cuentame Un Cuento